“La Mortificación”
Es
el mandato de Jesús. Mandato duro para los cristianos débiles y demasiado
apegados a las propias comodidades. Mandato suave y dulce para aquellas almas
que sienten la belleza de la perfección, gustan las dulzuras íntimas de la vida
cristiana. “Quien quiera seguirme debe renunciar a sí mismo”. Para seguirle,
para ser verdaderos cristianos, debemos corregir nuestros defectos, mortificar
nuestras pasiones y nuestros sentidos.
Para conocerte bien debes hacer el examen de conciencia cada día, cuando estás
libre de ocupaciones materiales. ¿Cómo regulas tus pasiones? ¿Reina en tu
corazón la soberbia, la avaricia, la cólera, la indiferencia en hacer el bien,
la envidia del bien ajeno? Pídele a Jesús fortaleza en esos momentos.
*Breve
Silencio*
Corazón
de Jesús, quieres rectitud de corazón y me enseñas en secreto lo que es sabio.
-Ten piedad de nosotros.
Corazón
de Jesús, mi espíritu quebrantado te ofreceré, pues no desprecies a un corazón
contrito.
-Ten piedad de nosotros.
Corazón
de Jesús, te ruego, no me dejes, porque
me perderé.
-Ten piedad de nosotros.
Jesús le pide a Santa Margarita, la Devoción
Origen de la
Devoción
Promesas del Sagrado Corazón
Oración para después de cada una de las comuniones
de los nueve primeros viernes
Acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús