jueves, 13 de diciembre de 2012

SANTA LUCÍA: VIRGEN Y MÁRTIR


Lucía nace entorno al año 280 d.C, en Italia. Su Padre muere cuando ella era todavía pequeña, y fue educada por su madre en la Fe cristiana. Se consagró a Dios siendo muy joven, sin embargo, mantuvo en secreto su voto de virginidad, de suerte que su madre la exhortó a contraer matrimonio con un joven pagano. La santa dijo a su madre que deseaba consagrarse a Dios y repartir su fortuna entre los pobres.

El pretendiente de Lucía se indignó profundamente y delató a la joven como cristiana ante el pro-cónsul. Éste la presionó cuanto pudo para convencerla a que apostatara de la fe cristiana. Ella le respondió: "Es inútil que insista. Jamás podrá apartarme del amor a mi Señor Jesucristo". El juez le preguntó: "Y si la sometemos a torturas, ¿será capaz de resistir?". La jovencita respondió: "Sí, porque los que creemos en Cristo y tratamos de llevar una vida pura, tenemos al Espíritu Santo que vive en nosotros y nos da fuerza, inteligencia y valor". El juez entonces la amenazó con llevarla a una casa de prostitución para someterla a la fuerza a la ignominia. Ella le respondió: "El cuerpo queda contaminado solamente si el alma consciente". No pudieron llevar a cabo la sentencia pues Dios impidió que los guardias pudiesen mover a la joven del sitio en que se hallaba. Entonces, los guardias trataron de quemarla en la hoguera, pero también fracasaron. Finalmente, la decapitaron. Pero aún con la garganta cortada, la joven siguió exhortando a los fieles para que antepusieran los deberes con Dios a los de las criaturas, hasta cuando los compañeros de fe, que estaban a su alrededor, sellaron su conmovedor testimonio con la palabra "amén".

En la Edad Media se invocaba a santa Lucía contra las enfermedades de los ojos, probablemente porque su nombre significa “Luz”. Ello dio origen a varias leyendas, como la de que el tirano mandó a los guardias que le sacaran los ojos y ella recobró la vista. Cuando ya muchos decían que Santa Lucia es pura leyenda, se probó su historicidad con el descubrimiento, en 1894, de la inscripción sepulcral con su nombre en las catacumbas de Siracusa. Su fama puede haber sido motivo para embelezar su historia pero no cabe duda de que la santa vivió en el siglo IV.