miércoles, 29 de marzo de 2017

PALABRA DEL SEÑOR - REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO


Evangelio según San Juan 5,17-30

El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre: "En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos, (que lo perseguían por hacer curaciones en sábado): "Mi Padre trabaja siembre y yo también trabajo". Por eso los judíos buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose así con Dios. Entonces Jesús les habló en estos términos: "Yo les aseguro: El hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a quien Él quiere dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre. Yo les aseguro que quien escucha mi palabra y cree en el que me envió tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha dado al hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No se sorprendan, porque viene la hora en que todos los que yacen en la tumba oirán mi voz y resucitarán; los que hicieron el bien, para la vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió" Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco:

La Voluntad de Dios. Éste es el camino de la santidad, del cristiano, es decir, que el plan de Dios sea realizado, que la salvación de Dios se cumpla.
Lo contrario comenzó en el Paraíso, con la no obediencia de Adán y aquella desobediencia ha traído el mal a toda la humanidad. Y también los pecados son actos de no obedecer a Dios, de no hacer la voluntad de Dios.
En cambio, el Señor nos enseña que éste es el camino, y que no hay ningún otro. Y comienza con Jesús, sí, en el Cielo, en la voluntad de obedecer al Padre, pero en la tierra comienza con la Virgen: con Ella. ¿Qué le dijo al Ángel? “Que se haga lo que tú dices”, es decir que se haga la voluntad de Dios. Y con aquel “sí” al Señor, el Señor ha comenzado su recorrido entre nosotros.
No es fácil. No ha sido fácil para Jesús que sobre esto fue tentado en el desierto y también en el Huerto de los Olivos, con el corazón atormentado, aceptó el suplicio que le esperaba.
No fue fácil para algunos discípulos, que lo dejaron porque no entendieron lo que quería decir hacer la voluntad del Padre.
No lo es para nosotros, desde el momento que cada día nos presentan tantas opciones sobre una bandeja. De ahí que se haya preguntado: ¿Cómo hago para hacer la voluntad de Dios?: pidiendo la gracia de querer hacerla.
¿Yo rezo para que el Señor me de las ganas de hacer su voluntad, o busco compromisos porque tengo miedo de la voluntad de Dios? Y otra cosa: rezar para conocer la voluntad de Dios sobre mi vida, sobre la decisión que debo tomar ahora… tantas cosas. Sobre el modo de administrar las cosas…
La oración para hacer la voluntad de Dios, y la oración para conocer la voluntad de Dios. Y cuando conozco la voluntad de Dios, también la oración, por tercera vez: para hacerla. Para cumplir aquella voluntad, que no es la mía, es la de Él. Y no es fácil”.

Hay que rezar para tener ganas de seguir la voluntad de Dios, rezar para conocer la voluntad de Dios y rezar, una vez conocida esta voluntad, para ir adelante con la voluntad de Dios (Homilía en Santa Marta, 27 de enero de 2015)