Hoy, pídele al Espíritu Santo descubrir el poder para resistir la tentación.
Espíritu de victoria, hoy te doy gracias porque, habiendo llevado al desierto a Jesús, me propones tambien a mí que cada día tome momentos para entrar en la sagrada presencia, por medio de la soledad y del silencio.
Tú permitiste que Jesús fuese tentado para recordarnos que él se hizo igual a mi en todo, menos en el pecado.
Tú has querido dejarme la enseñanza de que las tentaciones del demonio son elementos diarios de la vida de todo cristiano, pero que también tenemos los medios para vencer la tentaciones.
Por eso, Espíritu Santo, dame la seguridad de que, caminando contigo esta jornada, obtendré victoria sobre aquello que el maligno quiera proponerme.
Dame pasión por el bien y por la verdad para que como Jesús pueda caminar seguro en la voluntad del Padre y alentar a otros hermanos que están padeciendo tentaciones, de manera que también ellos puedan confiar en que en ti hay poder espíritual. Amén
