+ Por la Señal de la Santa Cruz+
"EL QUE AMA ES SABIO"
Queridos Hermanos: Estamos en el segundo día de la Novena a nuestro Santo Patrono “San Martín de Porres”, sigamos renovando nuestro camino de ser cristianos comprometidos con Dios y nuestros hermanos necesitados.
Oración Inicial
Señor Jesucristo, que has venido a la tierra para enseñarnos a vivir como hombres y como hijos de Dios. Tú, que llamaste a San Martín de Porres a tu seguimiento y El, respondió a tu llamada con una vida de identificación total por el amor contigo en la cruz y de entrega generosa, sacrificada y alegre a todos los necesitados sin distinción de raza, credo o color. Concédenos en estos nueve días que consagramos a la veneración e invocación de tu siervo, saber imitar su vida de fidelidad a las bienaventuranzas y sus ejemplos de caridad universal, de manera que, al invocar confiadamente su intercesión, obtengamos el auxilio de nuestras necesidades.
Amén.
Reflexión
Martín, sabía que Cristo Jesús, padeció por nosotros y cargando con nuestros pecados, subió a la cruz. Es por ello que tuvo un amor especial a Jesús crucificado, de tal modo que, al contemplar sus atroces sufrimientos, no podía evitar derramar abundantes lágrimas por Él.
A cada intención respondemos: “San Martín de Porres, Enséñanos a Consolar”
- A los que sufren injusticias de la vida.
- A los que lloran por las pérdidas de sus seres queridos.
- A los que sufren traiciones y engaños.
- A las madres que perdieron sus hijos.
- A los que viven solos o abandonados en hospitales o geriátricos.
- A los hermanos que viven en las cárceles.
- A los niños huérfanos.
- A los que no tienen fe.
- A los que no se atreven a pedir ayuda.
San Martín de Porres, enséñanos con tu mansedumbre y tu humildad, a consolar con las palabras justas y en los momentos adecuados a los que se nos acercan buscando tu ayuda.
Así sea.
Padre Nuestro…
Ave María…
Gloria…
Oración Final
San Martín de Porres, hermano mío, atiéndeme.
En mis penas y tribulaciones, consuélame.
En mis peligros y adversidades, socórreme.
En mis flaquezas y tentaciones, protégeme.
En mis dolencias y enfermedades, socórreme.
Dame la salud si me conviene y líbrame de cualquier mal del cuerpo y del alma.
Bondadoso y compasivo hermano mío, óyeme.
En las angustias de mi pobreza, confórtame.
En los quebrantos de mis infortunios, sálvame.
En mis agobios y desalientos, ampárame.
Ahora y siempre con tu ejemplo, enséñame a tomar cada día mi cruz.
Amén.
“San Martín de Porres, que tu santidad,
nos ayude a defender y amar la vida”