05 de Febrero –
Memoria Obligatoria
Perteneció
a una familia rica e ilustre, y que habiendo sido consagrada a Dios desde sus
primeros años, triunfó de los muchos asaltos a su pureza. Quinciano, un
dignatario consular pensó que podría llevar a cabo sus perversas intenciones
contra la santa a través del edicto del emperador contra los cristianos. Así,
Quinciano ordeno que la entregaran a una casa de mala fama donde la santa
sufrió asaltos y asechanzas contra su honra.
Luego
de un mes, Quinciano trató de asustarla con sus amenazas, pero ella se mantuvo
como una fiel sierva a Jesucristo. Molesto por su negativa, el cónsul mandó que
fuera azotada y llevada a prisión. Al día siguiente fue interrogada de nuevo
pero su firme adhesión a Cristo fue motivo de nuevas torturas y sufrimiento
para la santa, quien expiró pronunciando alabanzas para nuestro Señor.