Hoy, pídele al Espíritu Santo la fortaleza interior.
Espíritu Santo, hoy te pido ser como José y María, fiel al proyecto del Padre.
Dame una nueva serenidad, seguridad interior, firmeza y hasta tozudez para seguir adelante en los momentos difíciles de la vida. Espíritu de paz, llena mi corazón y el de todos los hombres y las mujeres de buena voluntad, de la esperanza que renueva las fuerzas y que libera para vivir el amor solidario que se compromete con las necesidades de la propia comunidad y de quienes más sufren.
Espíritu que tanto nos amas, para alcanzar las metas de la vida, toma mis fuerzas y mi trabajo, y aliéntalos con tu divino poder, pues solo con mis propias fuerzas es muy poco lo que puedo hacer y casi nada lo que puedo cambiar, pero, si tú vienes conmigo, mis ojos verán tus maravillas, y me alegraré al comprender que tus obras superan lo que con mi limitada inteligencia yo ni siquiera puedo llevar a imaginar.
Espíritu Santo, en este Adviento y en las cercanías del nacimiento de Jesús, me confío en tus manos para que me unjas de tu santa fortaleza y espíritu de fe, para poder guiar mi vida y todo lo que me ha confiado en cumplimiento con la voluntad del Padre. Amén
