Queridos hermanos: en este último
día del triduo contemplamos a san José como Patrono de la Iglesia Universal y
como el santo del silencio.
San
José fue proclamado como Patrono de la Iglesia Universal, por ello, hoy
nosotros pedimos su protección y cuidado.
Debemos
recordar que todos los bautizados somos Iglesia: no sólo el Papa, los obispos,
los sacerdotes y los religiosos, sino también todos y cada uno de los laicos,
al igual que san José, que fue un laico comprometido con Dios, con la familia y
con las necesidades de su tiempo.
Dios
le confía a San José, la misión de interceder por la Iglesia y por todos
nosotros que la constituimos.
Es llamado "El Santo del Silencio" pues no se conoce palabras
expresadas por él, tan solo se conoce acerca de sus obras, sus actos de fe,
amor y de protección como padre responsable del bienestar de su Esposa, la
Virgen María y de su Hijo adoptivo, Jesucristo.
San José, te pedimos que, así como cuidaste al Niño
Jesús de Herodes y de quienes deseaban destruirlo, protege a tu Iglesia de los
Herodes actuales, que llenos de odio, intentan por todos los medios,
destruirla.
Intercede por todos los bautizados, para que, como
Iglesia, podamos ser más fieles a los deseos de Jesús.
A cada intención respondemos:
Por San José, Líbranos y protégenos Señor
- De
quienes quieren destruir a la Iglesia de Jesucristo, que somos todos los
bautizados. Oremos…
-
A los misioneros, mensajeros de la paz, seminaristas y religiosos en formación.
Oremos
-
Al Santo Padre, los obispos, sacerdotes y diáconos. Oremos…
-
A los religiosos y consagradas. Oremos...
-
A todos los hermanos que en silencio, guardamos en nuestro corazón. Oremos
Señor, Dios mío: Tú que nos concedes tener a San
José Obrero como Protector de la Iglesia Universal, te pedimos tenerlo como
intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú que
vive y reinas por los siglos de los siglos. Amén
Glorioso
Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a
quien Dios padre confió, de cuidar, guiar y defender, en la tierra, a la
Sagrada Familia; protégenos también a nosotros y a todos los fieles católicos
que somos parte del Cuerpo místico de tu Hijo, que es la Iglesia. Alcánzanos
las gracias que necesitamos en esta vida y, sobre todo, los auxilios
espirituales para la vida eterna. Amén.
San José: ruega por nosotros