Hermanos
en este séptimo día de novena en honor al Sagrado Corazón de Jesús, con la
mirada puesta en Él, esperanza de los que en Él confían y esperan, entreguemos
todas nuestros miedos, acerquémonos con sincero corazón en plenitud de fe, purificados los corazones
de conciencia mala, mantengamos firme la confesión de la esperanza y la promesa
de Jesús a la vida eterna.
Hoy
meditamos:
“EL CORAZÓN DE
CRISTO ESPERANZA DE LOS QUE EN ÉL MUEREN”
Oración
inicial
Con
la plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la Sangre de Jesús, por este camino
nuevo y vivo, acerquémonos con sincero corazón. Apoyémonos los unos a los otros en el amor, la caridad y la
misericordia cuanto más vean que se
acerca el día que contemplaremos la gloria de Dios nuestro Señor. AMÉN.
Lectura
del Evangelio de San Juan (14,1-6)
“No
se turbe tu corazón. Cree en Dios, cree también en Mí. En la Casa de mi Padre
hay muchas mansiones, sino nos les habría dicho: Voy a prepararles un lugar”.
“Cuando
haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo para que
donde Yo esté, estén también ustedes. Y donde Yo voy,
saben ustedes el camino.”
Le
dice Tomás: “Señor, no sabemos a dónde vas ¿cómo podemos saber el camino? Jesús
le dice: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por
Mi…”
Palabra
del Señor. Gloria a Ti Señor Jesús.
***BREVE
SILENCIO PARA LA REFLEXIÓN***
A
cada invocación respondemos: ¡CONFIAMOS EN TI!
- Corazón de Jesús
Casa de Dios y puerta del Cielo…
- Corazón de Jesús
hoguera ardiente de caridad…
- Corazón de Jesús
fuente de toda santidad…
- Corazón de Jesús
hecho ardiente hasta la muerte…
- Corazón de Jesús
salvación de los que en Ti esperan…
- Corazón de Jesús,
fuente de todas las virtudes…
- Corazón de Jesús
esperanza de los que en Ti mueren…
- Corazón de Jesús
paz y reconciliación nuestra…
- Corazón de Jesús
vida y resurrección nuestra…
PADRE
NUESTRO - AVE MARÍA
- GLORIA
Oración final
Bienaventurados
aquellos que mueren en el Corazón de Cristo Jesús. Él es la esperanza de
los que renegando de la impiedad y de
los deseos mundanos han vivido en la
manifestación de la gloria de Cristo que se entregó a si mismo por nosotros,
para rescatarnos de toda impiedad y prepararnos una morada junto al Padre.
Bienaventurados los que mueren en el Señor porque compartirán su gloria eterna.
AMÉN.
SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS… EN VOS CONFÍO.
DULCE
CORAZÓN DE MARÍA… SED LA SALVACIÓN DEL ALMA MÍA.
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.