4° Día: “Jesús nos llama a la humildad”
Celebrante: En el Nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.
Asamblea: Amén.
Celebrante: Pidamos perdón al Señor de nuestros pecados.
-
Tú
que eres manso y humilde de corazón:
Señor,
ten piedad.
-
Tú
que te hiciste hermano nuestro:
Cristo,
ten piedad.
-
Tú
que nos llamas a vivir en la humildad:
Señor,
ten piedad.
Celebrante: Dios todo poderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Celebrante: OREMOS: Padre de bondad, escucha nuestras
súplicas y perdona nuestros pecados para que, por tu misericordia, recibamos
juntamente tu perdón y tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de
los siglos.
De la Cata a los Filipenses: 2,3-11
No
hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve
a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no
solamente su propio interés, sino también el de los demás. Tengan los mismos
sentimientos de Cristo Jesús.
El, que
era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como
algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo,
tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los
hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por
obediencia la muerte y muerte de cruz.
Por
eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para
que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la
tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios
Padre: «Jesucristo es el Señor». Palabra
del Señor.
Breve momento de
silencio
Meditación:
De una homilía de San Juan Pablo II
Meditación:
De una homilía de San Juan Pablo II
La humildad
consiste esencialmente en la conciencia del puesto que ocupamos frente a Dios y
frente a los hombres, y en la sabia moderación de nuestros deseos de gloria.
Nada tiene que ver la humildad con la timidez o la mediocridad. La humildad no
nos prohíbe tener conciencia de los talentos recibidos, ni disfrutarlos
plenamente con el corazón recto. La humildad descubre que todo lo bueno que
existe en nosotros, pertenece a Dios, “porque de su plenitud hemos recibido
todo” (1 Cor. 1,4) la humildad está en la base de todas las virtudes, y, sin
ella, ninguna otra existe. A la humildad se le opone el egoísmo y la soberbia,
entendido el primero como exclusiva referencia de las personas y de las cosas a
uno mismo, y la segunda como falsa valoración de las cualidades propias. La
soberbia es “raíz y madre” de todos los pecadas y el mayor obstáculo que el
hombre puede poner a la gracia, a la vocación, a la vida en familia a la
amistad. Pedir con insistencia el don de la humildad, porque solo quien
comprende sus límites puede abrirse a la fe y al proyecto de Jesús.
Celebrante: A nuestro Señor del
Milagro le pidamos la gracia de ser una comunidad mansa y humilde de corazón
para que anuncie el evangelio con la misma dulzura con que lo anunció nuestro
Señor. Lo pedimos por intercesión de su Madre, nuestra Señora del Milagro: Dios
te Salve María…
Celebrante: Recemos la oración al
Señor del Milagro: (para todos los días)
Señor, abre tus ojos y mírame con piedad
y misericordia; hazme ver las cosas de este
mundo con tal indiferencia a que solamente
contemple las tuyas para que te pertenezca
del todo y me salve; guía mi memoria,
entendimiento y mis pasos por el buen
camino a fin de poder llegar un día a tu
santa gloria. Escúchame, Señor nuestro
cristo crucificado.
y misericordia; hazme ver las cosas de este
mundo con tal indiferencia a que solamente
contemple las tuyas para que te pertenezca
del todo y me salve; guía mi memoria,
entendimiento y mis pasos por el buen
camino a fin de poder llegar un día a tu
santa gloria. Escúchame, Señor nuestro
cristo crucificado.
Abre Señor tus labios y dime que me
perdonas, que me ayudarás a obrar
siempre el bien y saber perdonar las ofensas
que me hagan. Librame, Señor, del mal uso
de la palabra y de las murmuraciones.
Acercame Señor a tu Corazón Santísimo con aquel amor
divino con que abrazaste tu Santa Cruz para salvarnos
y haz que yo también abrace resignadamente mi cruz
dándome humildad, paciencia y fortaleza para todos
los trabajos de esta vida.
(se pide lo que se desea conseguir)
Y tú, Madre amada del Milagro, pide también a tu Santísimo
hijo que nada puede negarte, todo lo que acabo de suplicarte.
Acógeme bajo tu amparo y protección todos los días de mi
vida y especialmente en la hora de mi muerte. Amén.
SOLEMNES FIESTAS EN HONOR AL SEÑOR DEL MILAGRO
"Tú eres nuestro y nosotros, siendo tuyos, somos bienaventurados"
Novena: del 8 al 16 de Septiembre
Fiesta Solemne: 17 de Septiembre
Lunes 11 de septiembre
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados"
19:00 hs. Rezo del Rosario y confesiones.
19:30 hs. Adoración al Santísimo y rezo de la novena.
20:00 hs. Santa Misa: Rezamos por las intenciones de la comunidad: Santa Catalina, Pía unión de San José y Movimiento Josefino-Guaneliano.
Hoy no habrá Celebración de la Palabra en San Martín de Porres.
Iglesia "Señor del Milagro"
Calle Guido esquina Grassi, Barrio Evita, La Rioja - Argentina
Iglesia "Señor del Milagro"
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