viernes, 3 de febrero de 2012

PRIMER VIERNES DE MES DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - "JESÚS, MARÍA, OS AMO, SALVAD LAS ALMAS"


MENSAJE DE AMOR
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mientras el mundo se atomiza y desintegra por el odio de los hombres y de los pueblos, Jesucristo quiere renovarlo y salvarlo por el amor.
Quiere que se eleven hacia el cielo llamas de amor que neutralicen las llamas del odio y del egoísmo.
A tal efecto enseñó a Sor M. Consolata Betrone un Acto de Amor sencillísimo que debía repetir frecuentemente prometiéndole que cada Acto de Amor salvaría el alma de un pecador, repararía mil blasfemias.

La fortuna de este Acto es:

JESÚS, MARÍA, OS AMO, SALVAD LAS ALMAS.

Allí están los tres amores: Jesús, María, las almas que tanto ama Nuestro Señor y no quiere que se pierdan, habiendo por ellas derramado su Sangre.
Le decía Jesús: “Piensa en Mí” y en las almas. En mí, para amarme; en las almas para salvarlas (22 de Agosto de 1934). Añadía: la renovación de este Acto debe ser frecuente, incesante: Día por día, hora por hora, minuto por minuto (21 de Mayo de 1936).
“Consolata, di a las almas que prefiero un Acto de Amor a cualquier otro don que pueda ofrecerme”… “Tengo sed de amor”… (16 de Diciembre de 1935).
Este Acto señala el camino al cielo. Con el cumplimos con el mandamiento principal de la Ley: Amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente… y a tu prójimo como a ti mismo.
Con este continuo acto de amor damos a Dios lo más excelente: que es amor a las almas. Con esta Jaculatoria nos podemos comunicar constantemente con Dios. Cada hora, cada minuto, es decir siempre que lo queremos. Y lo podemos hacer sin esfuerzo, con facilidad. Es una oración perfecta; muy fácil para un sabio como para un ignorante. Tan fácil para un niño como para un anciano; cualquiera que sea puede elevarse a Dios en esta forma. Hasta un moribundo puede pronunciarla más con el corazón que con los labios.
Esta oración comprende todo: Las almas del Purgatorio, las de la Iglesia militante, las almas inocentes, los pecadores, los moribundos, los paganos, todas las almas. Con ella podemos pedir la conversión de los pecadores, la unión de las Iglesias, por la santificación de los sacerdotes, por las vocaciones del estado sacerdotal y religioso. Es un acto que puede decidir la salvación de un moribundo, reparar las blasfemias, como ha dicho Jesús a Sor Consolata.

Jesús, María, Os Amo, Salvad las almas, pronunciado al levantarse, nos hará sonreír durante el día; nos ayudará a cumplir mejor con nuestros deberes, en la oficina, en el campo, en la cocina, en la calle, en el mercado, en la escuela, etc. Se pronuncia con facilidad, sin distraerse y con agrado.
Santifica los sudores, suaviza las penas. Convierte la tristeza en alegría. Sostiene y consuela en las luchas de la vida. Ayuda en las tentaciones. Hace agradable el trabajo. Convierte en alegría el llanto. Fortalece y consuela en las enfermedades y trae las bendiciones sobre los trabajos y sobre las familias.


Oración para después
de cada una de las comuniones
de los nueve primeros viernes

Jesús mío dulcísimo, que en vuestra infinita y dulcísima misericordia prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaren en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos: acuérdate de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en Tí con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.