lunes, 8 de julio de 2013

La profunda oración del Papa a Santa María, Estrella del Mar



ROMA, 08 Jul. 13 / 10:47 am (ACI).- En Lampedusa, a los pies de la Madre de Dios y Madre nuestra, el Papa Francisco imploró amparo, socorro, misericordia, conversión y perdón. Al final de la Misa, antes de la bendición final, ante la imagen de Nuestra Señora, el Santo Padre le rezó a la Santísima Virgen.

El Santo Padre, abrazando todas las tragedias semejantes que ocurren en el mundo, rogó a la Protectora de los migrantes e itinerantes que socorra a los más necesitados; a María, modelo de caridad, que bendiga a las personas de buena voluntad que los acogen; que logre la conversión de los que los explotan y que el amor brindado sea semilla de paz entre los pueblos.

Esta es la oración del Pontífice:

Oh María, Estrella del Mar,
una vez más recurrimos a ti,
para encontrar refugio y serenidad,
para implorar amparo y socorro.
Madre de Dios y Madre nuestra,
dirige tu dulcísima mirada
a todos los que cada día afrontan los peligros del mar
para garantizar a sus familias el sustento necesario para la vida,
para tutelar el respeto de la creación, para servir a la paz entre los pueblos.
Protectora de los migrantes e itinerantes,
ayuda con atención materna a los hombres, mujeres y niños
obligados a huir de sus tierras en busca de futuro y de esperanza.
Que el encuentro con nosotros y nuestros pueblos
no se transforme en fuente de nuevas y más graves esclavitudes y humillaciones.
Madre de Misericordia,
implora perdón para nosotros,
que, cegados por el egoísmo,
ensimismados en nuestros intereses
y prisioneros de nuestros temores,
estamos distraídos ante las necesidades y sufrimientos de los hermanos.
Refugio de los pecadores,
obtén la conversión del corazón
de los que generan guerras, odio y pobreza,
explotan a los hermanos y sus fragilidades,
hacen de la vida humana indigno comercio.
Modelo de caridad,
bendice a los hombres y mujeres de buena voluntad,
que acogen y sirven a los que llegan a esta tierra:
que el amor recibido y donado sea semilla de nuevos lazos fraternales
y aurora de un mundo de paz.
Así sea.