martes, 14 de agosto de 2012

SAN MAXIMILIANO KOLBE

Devoto de la Inmaculada Concepción, pensaba que la Iglesia debía ser militante en su colaboración con la Gracia divina para el avance de la fe católica. Movido por esta devoción y convicción, funda en 1917 un movimiento llamado "La Milicia de la Inmaculada" cuyos miembros se consagrarían a la bienaventurada Virgen María y tendrían el objetivo de luchar mediante todos los medios moralmente válidos, por la construcción del Reino de Dios en todo el mundo. Creó muchos oratorios donde se veneraba a la Santísima Virgen María.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial fue deportado dos veces a Alemania por los nazis. En 1941 fue confinado en el campo de concentración de Auschwitz, tristemente célebre por sus horrores. En el campo de Auschwitz se ofreció voluntariamente para cumplir el suplicio impuesto a un padre de familia, que había sido condenado a morir de hambre. Cuando un oficial nazi le preguntó por qué lo hacía, Kolbe contestó: "porque soy un sacerdote católico". Kolbe murió de inanición en su celda, convertida hoy en lugar de peregrinación, y su ejemplar sacrificio se divulgó por todo el mundo. Fue beatificado por Pablo VI y canonizado por Juan Pablo II.