Bendita seas María, Virgen y Madre, el Señor te llenó de Gracia y alegría en la Dulce Espera de Jesús.
Te rogamos por los esposos que desean el don de un hijo, ayúdalos en esta esperanza y a apoyarse en el camino de la vida.
Acuérdate de los que han abierto su corazón a la adopción, mantenlos en la alegría de su generosidad.
También únete a quienes han recibido los hermosos nombres de Padre y Madre, para que con vos den gracias a Dios por su grandeza manifestada en el niño recién nacido.
Finalmente recógenos a todos en el gran abrazo del Espíritu Santo, para que mostremos al mundo que podemos vivir como hermanos, porque todos somos Hijos de Dios.
Amén.