Hoy, pídele al Espíritu Santo que con su poder expulse toda fuerza de mal de todos los ambientes.
Espíritu Santo, tenemos necesidad de que vayas con todo tu poder a aquellos ámbitos donde -aún sin darnos cuenta- alguna clase de demonio ha hecho morada.
Entra allí, con el poder de la sangre de Jesús, y expulsa toda fuerza de mal que de algún modo esté contaminando la vida espíritual y las buenas relaciones de quienes allí habitan o trabajan.
Ven, Espíritu Santo, e instaura el Reino de Dios en nuestros hogares, ámbitos educativos, lugares de trabajo, en el mundo de la política y de la justicia, y en todas las áreas de nuestra sociedad, a fin de que el Reino de Dios esté realmente entre nosotros. Amén